Barba Azul era un rico aristócrata,
temido por su aspecto fiero y conducta salvaje. Se había casado en
siete ocasiones, pero nadie sabía qué había sido de sus esposas. Las
mujeres del lugar lo evitaban. Cuando Barba Azul visitó a uno de sus
vecinos y pidió en matrimonio
a alguna de sus hijas, ellas sintieron tal pavor que intentaron
colocárselo a otra de las hermanas. Finalmente, convenció a la hermana
menor de que se casara con él y tras la ceremonia la condujo al castillo en el que habitaba.
Al poco tiempo Barba Azul anunció que tenía que partir de viaje
durante una temporada, entregó todas las llaves del castillo a su nueva
esposa, incluida la de una pequeña estancia a la que le había prohibido
entrar. Después partió y dejó la casa en sus manos. Casi inmediatamente
la esposa sintió un deseo insuperable de ver qué había en la habitación
prohibida y finalmente una de sus hermanas que estaba de visita la
convenció para que satisficiera su curiosidad y abriera la puerta.
El piso estaba encharcado de sangre y los cadáveres de las anteriores
esposas de su marido estaban colgados de los muros. Aterrorizada, cerró
la puerta pero algo de sangre se quedó en la llave. Barba Azul regresó
de improviso e inmediatamente se dio cuenta de lo que su mujer había
hecho. Ciego de ira, amenazó con decapitarla en aquel mismo momento, así
que ella se encerró en la torre más alta junto con su hermana. Mientras
Barba Azul, espada en mano, trataba de abrir la puerta, las hermanas
esperaban la llegada de sus dos hermanos. En el último momento, cuando
Barba Azul está a punto de dar el golpe de gracia, los hermanos irrumpen
en el castillo y matan a Barba Azul cuando éste trata de huir.