En 1812, los hermanos Grimm,
dieron otra vuelta de tuerca a la historia. Retomaron el cuento, y
escribieron una nueva versión, que fue la que hizo que Caperucita fuera
conocida casi universalmente, y que, aún hoy en día, es la más leída.
En contra de lo que se pueda pensar, los hermanos Grimm no se
limitaron a transcribir palabra por palabra la tradición oral. Partieron
de tres fuentes: la primera, el cuento de Perrault de 1697; la segunda,
una versión oral de una chica que había tenido acceso a una buena
educación, y que, por tanto, es probable que conociera el escrito de
Perrault; y la tercera, una obra escrita en 1800 por el autor Ludwig Tieck, "Leben und Tod des kleinen Rotkäppchens: eine Tragödie" ("Vida y muerte de la pequeña Caperucita Roja. Una tragedia")[cita requerida], en la que se introduce la figura del leñador, que salva a la niña y a su abuelita.
Los hermanos Grimm escribieron una versión más inocente, y con menos
elementos eróticos que las publicadas anteriormente. Además añadieron un
final feliz para el cuento, tal y como solían tener los cuentos de la
época.
Propusieron un final alternativo, en el que un momento antes de que
el lobo se coma a Caperucita, ella grita y un leñador que estaba cerca,
rescata a la niña, mata al lobo, le abre la panza y saca a la abuelita,
milagrosamente viva.
Otra versión que también se le adjudica a los hermanos Grimm es la en
que la abuelita, en un alarde de valor y heroísmo, salva a su nieta y a
sí misma sin ayuda alguna. Este segundo final enlaza con la tradición
italiana del cuento, en la que la mujer sabe arreglárselas sola ante la
amenaza del peligro.